Al minuto 60’, el VAR anuló gol a Brasil con una posición inválida de Firmino y eso provoco que el árbitro Julio Basculán revisara la acción en pantalla y decretó el fuera de juego.
Con el andar de los minutos, Brasil sentía más y más presión. Everton entró al campo para que fuera su solución como contra Bolivia en Sao Paulo, pero en esta ocasión el jugador no pudo ser letal como en el anterior partido.
La afición silbó y abucheó a la Canarinha en la recta final del partido, situación que presionó de más a los jugadores que no pudieron meter aunque sea un gol en los 90 minutos. La muralla vinotinta estaba más fuerte que nunca.